Autora: Sandra Vargas González
Érase una vez una niña llamada Paula, que le encantaban los misterios. Un año en Halloween, Paula se enteró de que las princesas solo salían en Halloween y Paula quería saber qué ocurría y ese día le dijo a su madre:
- Mamá ¿puedo ir a casa de las princesas?
Y su madre le dijo:
- Sí cariño, pero ten cuidado.
La niña fue y por la ventana vio en las camas de las princesas una calabaza. La niña se dijo a sí misma:
- A lo mejor las princesas son unas calabazas.
Al día siguiente fue al castillo y entró pero un hombre dijo:
– ¿Qué quieres?, si vienes a ver a las princesas ahora no están
Pero la niña miró a la habitación y otra vez vio las calabazas, cuando salió vio a las princesas y ellas le explicaron que las calabazas eran ellas porque tenían un hechizo.
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