Autor: Ismael Torres López
Un día, Dora, un gato de un vecino, estaba apoyada en el muro de mi jardín cuando vio algo sospechoso en las plantas. Se acercó sigilosamente y yo estaba observando atentamente lo que estaba haciendo el gato sin saber lo que había escondido. De repente se echó hacía atrás y salió de las plantas una serpiente y la serpiente se escapó.
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