Era el día de Halloween. Un niño que tenía 7 años y estaba todo el rato jugando a la Play, decidió mirar por la ventana y vio a todo el mundo disfrazado de personajes terroríficos. Llamaron a la puerta y dijeron:
- ¿Truco o trato?
Él cogió galletas y las repartió porque no tenía caramelos y le dijeron los niños: ¡Feliz Halloween!
Cogió sus ahorros y tenía en su hucha 22€. Se puso una camisa blanca y se pintó la cara de blanco, los ojos y los labios negros, y salió y llamó en la puerta de varias casas y le dieron caramelos.
Caminando vio un disfraz muy terrorífico que costaba 42€ pero no le llegaba. Una señora que pasaba por allí le dio 10€ y ya tenía 32€. Fue a casa y le pidió a sus padres 10€ y se lo dieron y ya tenía lo necesario para comprarse el disfraz y se puso a decir:
- ¡Ya me puedo comprar un disfraz terrorífico!
Fue corriendo y lo compró, se lo puso y fue a pedir caramelos con sus amigos y lo pasó genial.
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