Érase una vez un pueblo que se llamaba el Pueblo Mágico y todos sus habitantes tenían poderes mágicos. Los habitantes se llevaban muy bien excepto la bruja que nunca salía de su castillo. Un día
unos niños normales y corrientes estaban de excursión. Eran cuatro amigos y dijeron todos a la vez:
-¡Eh, mirad, es un pueblo!
Los niños se acercaron con curiosidad. Cuando llegaron al pueblo dijeron:
-¡Parece un pueblo fantasma!
Cuando los habitantes los vieron dijeron:
-¿Quienes son esos niños? ¿Por qué habrán venido?
Los niños estaban preguntando quiénes eran y dónde estaban y un hombre dijo:
-Estais en el Pueblo Mágico.
-¿Quién vive en ese castillo?- preguntaron los niños.
-Allí vive la bruja Malvarrosa pero todo el mundo le llama “La Poderosa”.
-¿Y por qué?
-Porque es poderosa y mala- dijo el hombre.
-¿Y nadie puede vencerla?- preguntaron los niños.
-No es que no se pueda, es que nadie se atreve a enfrentarse a ella.
-Nosotros podemos vencerla- dijeron los niños.
-Ja ja ja ja, si nosotros no podemos vencerla, ¿como lo vais a hacer vosotros?
-Porque nosotros pensaremos en un plan- dijeron los niños.
-Pues que os vaya bien.
Los niños pensaron en un plan y se dirigieron al castillo. Cuando llegaron se metieron en el castillo y la bruja vio a uno de los niños y dijo:
-Ja ja, ya eres mío.
La bruja lo capturó y se lo llevó a una celda. Más tarde los niños abrieron la celda y dijeron:
-Ja ja, no puedes detenernos.
-¿Cómo que no?¿No recordáis que soy una bruja?
Pero justo antes de hacer nada, un niño la empujó y se cayó por la ventana. Todos los habitantes echaron a la bruja del pueblo y no la volvieron a ver. Los habitantes le dieron las gracias a los niños y después se fueron.
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