Me desperté, era un día como otro cualquiera. Me levanté de la cama, fui al espejo y miré y no vi nada raro en mí.
Fui a la cocina, cogí un vaso de leche para desayunar y…se me cayó a la mesa, lo intenté coger otra vez de nuevo y me pasó lo mismo, me asusté.
Me miré las manos y vi que no eran del color normal sino se habían vuelto del color morado, poco a poco el color morado fue el color de todo mi cuerpo. Me asusté.
Por el pasillo no fui andando, sino volando,
- ¿Por qué flotaba? ¿Qué me estaba pasando?
Grité entonces:
-¡SOY UN FANTASMA!
Entonces sólo podía hacer las cosas que había visto en las películas de fantasmas: atravesar paredes y puertas, asustar, volar y otras cosas más...
Y así fue:
Cuando salí de casa asustaba a los ciudadanos sin que yo quisiera hacerlo, cuando fui al supermercado no podía coger cosas con las manos, etc.
Después de hacer todo esto, fui volando por la calle y vi una casucha extraña y entré en ella.
Me sorprendí al ver dentro de la casucha muchos monstruos y al verlos, me asusté tanto que se fue de repente el efecto de ser un fantasma.
Salí de la casucha, y entonces me fui a mi casa, a dormir, por si había sido un sueño todo lo que había pasado.
Me desperté varias horas después y... "No había sido un sueño". La casucha de los monstruos la veía desde mi ventana, no desde mi imaginación.
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